domingo, 27 de octubre de 2013

SAN MIGUEL DEL FAIQUE

VACACIONES FANTÁSTICAS, Sí  fueron días  fantásticos  los que pasamos  en el distrito de San Miguel del Faique en  la sierra Huancabambina, de nuestra querida Región Piura. Aprovechamos los  días  feriados. Cogí  mi mochila cargada  de ilusiones y mucha  aventura  para  conocer un pedacito  más  de mi querida región, y  sobre todo  el  apreciado terruño  de mi   amiga, Toty  Palacios.
Partimos  desde el terminal de Castilla, en la  empresa  de Transportes Virgen  del Cisne. En sólo  3 horas  estuvimos en la  paradisíaca tierra  de San Miguel del Faique,  la ruta  incluía  pasar  por  más pueblos  como Canchaque y  Palambla.   
En el trayecto, me sentí  algo  mareada por  la  altura –apenas  a  Mil 242 msnm -. Agradecí  haber  tomado un desayuno muy  austero; siempre  es bueno   llevar  caramelos de  limón o un chicle. Sin  embargo, nada fue obstáculo para disfrutar mis días feriados.

Aguas cristalinas de la Quebrada San Antonio 

Nuestro arribo fue  emotivo, nos  esperaba Toty  en el frontis  de su  casa, con  abrazos  y besos  nos  reencontramos  después  de muchas lunas. Nos invitó  a pasar  a su hogar,  los  ambientes  son muy  cálidos y se complementan  con la  naturaleza  que observamos desde la  ventana  de nuestra habitación.  Fuimos  privilegiadas con  nuestro hospedaje, pues  no  todos  los días  podemos  levantarnos  y  observar un  maravilloso  paisaje con flores, rosas y  árboles frutales,  y  a lo lejos el verdor  de  los  imponentes cerros  que parecen dibujados  con un firme  pincel.
En casa  estaba  Marina, hermana de Toty. Ella pasaba unos  días  en el Faique. Realmente nos  sentimos como en casa, hablo  en plural, pues  viaje con mi amiga  Marina,  compañera  de trabajo, a quien conocí  cuando trabajé en la  Gerencia de Educación y Cultura en la Municipalidad de Piura. Hasta ahora  mantenemos nuestra amistad  con mucho respeto y cariño. Ella fue  la escudera  de mi nueva aventura.

Cómodos y agradables  ambientes  de la casa-hospedaje de Toty


En su acogedora cocina, entre rústica y moderna, Toty  se esmero  y nos  demostró  sus  atenciones.  De  bienvenida,  compartió  con nosotros  el clásico  rompope,  bebida típica de la sierra huancabambina.  Ella nos contó que la  razón de ser  de  esta  sagrada  bebida es que debe ser preparada por  el grupo que la  va a  degustar.  En la  mesa  fueron apareciendo los  ingredientes: huevos, azúcar rubia, canela, algarrobina y el secreto un buen aguardiente de  caña.
A la antigua usanza,  con  depósitos  y  tenedores en mano cada convidado  batía  la  clara  del huevo. Marinita  se destacó  con la batida. Hizo  malabares con el tenedor al centro  del plato.  Mientras, Marina, hermana de Toty, preparó una consistente  crema  blanca, a punto de nieve, para que adorne  el vaso. Mmmm, yo no tuve  mucha  suerte, Marinita me ayudo  a darle punto  a la  clara. Me  divertí mucho, pero mientras  batíamos las claras recordé  mis tiempos de niña cuando  hacíamos dulces en la cocina de mi casa, junto a la abuela Rosa.
Cerca de nosotros  Toty  batía,  con fuerza,  sólo  las yemas . Luego agregó  el  azúcar, algarrobina y al final las  claras; unidos  todos  los ingredientes le dan  textura  a la  emblemática  bebida.   Después el brindis  de bienvenida con el rompope fue  una  experiencia  inolvidable.
Todos los invitados participan  en la preparación de la bebida típica: El rompope.

Nuestro programa por la  tarde fue  visitar  el caserío  Villa  Flor, un  bello paraje paisajístico  sacado de una  revista  de turismo de  aventura.  Muy  ágiles  bajando las  laderas de los cerros. Subir fue lo difícil.   En Villa Flor  observamos  vastas  extensiones de  terrenos   sembrados  con frutas y pastos para ganado,   y cerros  rodeando  la frondosa  campiña.
Las fotos  no se hicieron esperar, aprovechando  cada  locación del verdor  de los pastos y  las gigantescas  piedras que  parecían  estar  fuera  de lugar; tal vez  fueron movidas por  un  gran aluvión  hace muchísimos  años  antes. 
Para  cortar   camino y retornar  a la  pequeña  ciudad de San Miguel del Faique  tomamos   un atajo  más  corto, sugerido por  nuestra guía  Toty. El ascenso fue  realmente  agotador. A lo largo de la  trocha  visualice  legendarios  helechos, infinidad de plantas e inmensas piedras  que  formaban parte  del  escenario natural.

PETROGLIFOS DEL CAMINO GRANDE
De retorno  a casa, visitamos  la galería de petroglifos del Camino  Grande, conocido  así por los pobladores de la  zona,  que están ubicados en el interior de unas chacras.  Estas  inmensas  rocas se encontraban  talladas con  iconografía antropomorfa, zoomorfa y  geométrica de la época  de Filiación Chavinoide.  Realmente muy interesantes. Pero, lamentablemente,  el tiempo  está  deteriorando  la iconografía dejada  por  estos antiguos  pobladores.
Con breves  descansos, y  ya entrada la noche   tenues  luces alumbraban nuestro camino hasta llegar a la plaza de la ciudad. En casa  una ducha con agua fría  fue  muy reconfortante, luego de  la  caminata.  Terminamos la noche   con una amena  conversación y  para  entrar  en calor  una  bebida  caliente  de naranjilla, fruta  silvestre muy  agradable, y  aguardiente de caña.
MENSAJES DE OTROS TIEMPOS: El conjunto de piedras talladas con iconografía antropomorfa, zoomorfa y  geométrica dejadas por  antiguos pobladores  de la zona  alto andina.


Al día  siguiente fue  un despertar increíble,  por la  ventana observamos  un paisaje de  ensueño con el sonido de los pajarillos cantando por la mañana, incluido Carlitos, un  loro parlanchín y  muy gritón. Pero, muy lindo.
Después  de un descanso de ensueño,  y un reparador  desayuno.  Nuestro último día  en el Faique,   el programa incluía  una caminamos  hacia  la quebrada    San Antonio.  Una impresionante caída de agua, de manera escalonada, formando piscinas naturales con  resbaladizas  y grandes piedras de color  gris. Un  buen contraste  de verdes con grises en  nuestro  jacuzzi  natural.  El agua cristalina y fría. Deliciosa,  sin contaminación.

Una  divertido  baño en medio  de  pozas naturales.  No puedes visitar el Faique sin bañarte en la quebrada  San  Antonio. De retorno a casa, pasamos por el chamán  del pueblo, quien  limpia  de todo  mal  y brinda  un baño de florecimiento a las  personas  que lo visitan.  Con lectura  de  naipes incluido,  para saber que te depara el futuro. 

Durante la  espera,  observamos  que  en el salón,  había un gran letrero en la puerta  que  anunciaba  su  trabajo “Maestro Curandero  conocedor  de  las plantas  medicinales de la  zona…”. De estilo rústico, en  la pequeña  había una mesa,  bancas, un altar con santos, y en el rincón de la  habitación  botellas con  perfumes.  También divisé   una gran botella con  licor, maderas y plantas. Un brebaje o alucinógeno.  Hay libertad para  experimentar, y sobre todo respetando las  costumbres de la  zona.
 La  tarde  avanza, es hora  de partir,  alistamos nuestras  mochilas  para retornar  a casa. Nuestro bus  salió a las  6 de la tarde. Previas  compras  y  asistir  a la  misa del pueblo, nos despedimos  de Toty  y su familia, y del encantador  San Miguel de  el Faique.  Prometemos regresar y visitar otros  hermosos lugares de nuestra sierra piurana. 

Caminatas al aire libre con espectaculares vistas.