SAN MIGUEL DEL FAIQUE
VACACIONES FANTÁSTICAS, Sí fueron días
fantásticos los que pasamos en el distrito de San Miguel del Faique
en la sierra Huancabambina, de nuestra
querida Región Piura. Aprovechamos los
días feriados. Cogí mi mochila cargada de ilusiones y mucha aventura para
conocer un pedacito más de mi querida región, y sobre todo
el apreciado terruño de mi
amiga, Toty Palacios.
Partimos desde el
terminal de Castilla, en la empresa de Transportes Virgen del Cisne. En sólo 3 horas
estuvimos en la paradisíaca tierra de San Miguel del Faique, la ruta
incluía pasar por más
pueblos como Canchaque y Palambla.
En el trayecto, me sentí
algo mareada por la
altura –apenas a Mil 242 msnm -. Agradecí haber
tomado un desayuno muy austero;
siempre es bueno llevar
caramelos de limón o un chicle.
Sin embargo, nada fue obstáculo para
disfrutar mis días feriados.
Aguas cristalinas de la Quebrada San Antonio
Nuestro arribo fue
emotivo, nos esperaba Toty en el frontis
de su casa, con abrazos
y besos nos reencontramos
después de muchas lunas. Nos
invitó a pasar a su hogar,
los ambientes son muy
cálidos y se complementan con
la naturaleza que observamos desde la ventana
de nuestra habitación. Fuimos privilegiadas con nuestro hospedaje, pues no
todos los días podemos
levantarnos y observar un maravilloso
paisaje con flores, rosas y
árboles frutales, y a lo lejos el verdor de
los imponentes cerros que parecen dibujados con un firme
pincel.
En casa estaba Marina, hermana de Toty. Ella pasaba
unos días en el Faique. Realmente nos sentimos como en casa, hablo en plural, pues viaje con mi amiga Marina,
compañera de trabajo, a quien
conocí cuando trabajé en la Gerencia de Educación y Cultura en la
Municipalidad de Piura. Hasta ahora
mantenemos nuestra amistad con mucho
respeto y cariño. Ella fue la
escudera de mi nueva aventura.
Cómodos y agradables ambientes de la casa-hospedaje de Toty
En su acogedora cocina, entre rústica y moderna, Toty se esmero
y nos demostró sus
atenciones. De bienvenida,
compartió con nosotros el clásico
rompope, bebida típica de la
sierra huancabambina. Ella nos contó que
la razón de ser de
esta sagrada bebida es que debe ser preparada por el grupo que la va a
degustar. En la mesa
fueron apareciendo los
ingredientes: huevos, azúcar rubia, canela, algarrobina y el secreto un
buen aguardiente de caña.
A la antigua usanza,
con depósitos y
tenedores en mano cada convidado
batía la clara
del huevo. Marinita se destacó con la batida. Hizo malabares con el tenedor al centro del plato. Mientras, Marina, hermana de Toty, preparó una
consistente crema blanca, a punto de nieve, para que
adorne el vaso. Mmmm, yo no tuve mucha
suerte, Marinita me ayudo a darle
punto a la clara. Me
divertí mucho, pero mientras batíamos las claras recordé mis tiempos de niña cuando hacíamos dulces en la cocina de mi casa,
junto a la abuela Rosa.
Cerca de nosotros
Toty batía, con fuerza,
sólo las yemas . Luego
agregó el azúcar, algarrobina y al final las claras; unidos
todos los ingredientes le dan textura
a la emblemática bebida.
Después el brindis de bienvenida con el rompope fue una
experiencia inolvidable.
Todos los invitados participan en la preparación de la bebida típica: El rompope.
Nuestro programa por la
tarde fue visitar el caserío Villa
Flor, un bello paraje
paisajístico sacado de una revista
de turismo de aventura. Muy ágiles bajando las laderas de los cerros. Subir fue lo difícil. En Villa Flor observamos
vastas extensiones de terrenos
sembrados con frutas y pastos
para ganado, y cerros rodeando
la frondosa campiña.
Las fotos no se
hicieron esperar, aprovechando cada locación del verdor de los pastos y las gigantescas piedras que
parecían estar fuera
de lugar; tal vez fueron movidas
por un
gran aluvión hace muchísimos años
antes.
Para cortar camino y retornar a la
pequeña ciudad de San Miguel del
Faique tomamos un atajo
más corto, sugerido por nuestra guía
Toty. El ascenso fue
realmente agotador. A lo largo de
la trocha visualice
legendarios helechos, infinidad
de plantas e inmensas piedras que formaban parte del escenario natural.
PETROGLIFOS DEL
CAMINO GRANDE
De retorno a casa,
visitamos la galería de petroglifos del
Camino Grande, conocido así por los pobladores de la zona,
que están ubicados en el interior de unas chacras. Estas inmensas
rocas se encontraban talladas con
iconografía antropomorfa, zoomorfa y geométrica de la época de Filiación Chavinoide. Realmente muy interesantes. Pero, lamentablemente, el tiempo
está deteriorando la iconografía dejada por
estos antiguos pobladores.
Con breves descansos,
y ya entrada la noche tenues
luces alumbraban nuestro camino hasta llegar a la plaza de la ciudad. En
casa una ducha con agua fría fue muy
reconfortante, luego de la caminata. Terminamos la noche con
una amena conversación y para
entrar en calor una bebida caliente
de naranjilla, fruta silvestre
muy agradable, y aguardiente de caña.
MENSAJES DE OTROS TIEMPOS: El conjunto de piedras talladas con iconografía antropomorfa, zoomorfa y geométrica dejadas por antiguos pobladores de la zona alto andina.
Al día siguiente
fue un despertar increíble, por la
ventana observamos un paisaje
de ensueño con el sonido de los
pajarillos cantando por la mañana, incluido Carlitos, un loro parlanchín y muy gritón. Pero, muy lindo.
Después de un descanso
de ensueño, y un reparador desayuno.
Nuestro último día en el
Faique, el programa incluía una caminamos
hacia la quebrada San Antonio. Una impresionante caída de agua, de manera escalonada,
formando piscinas naturales con resbaladizas y grandes piedras de color gris. Un
buen contraste de verdes con
grises en nuestro jacuzzi
natural. El agua cristalina y
fría. Deliciosa, sin contaminación.
Una divertido baño en medio
de pozas naturales. No puedes visitar el
Faique sin bañarte en la quebrada
San Antonio. De retorno a casa,
pasamos por el chamán del pueblo, quien limpia
de todo mal y brinda un baño de florecimiento a las personas que lo visitan. Con lectura
de naipes incluido, para saber que te depara el futuro.
Durante la
espera, observamos que en
el salón, había un gran letrero en la
puerta que anunciaba
su trabajo “Maestro
Curandero conocedor de las
plantas medicinales de la zona…”. De estilo rústico, en la pequeña había una mesa, bancas, un altar con santos, y en el rincón
de la habitación botellas con
perfumes. También divisé una gran botella con licor, maderas y plantas. Un brebaje o
alucinógeno. Hay libertad para experimentar, y sobre todo respetando
las costumbres de la zona.
La tarde
avanza, es hora de partir, alistamos nuestras mochilas
para retornar a casa. Nuestro
bus salió a las 6 de la tarde. Previas compras
y asistir a la misa
del pueblo, nos despedimos de Toty y su familia, y del encantador San Miguel de
el Faique. Prometemos regresar y visitar
otros hermosos lugares de nuestra sierra piurana.
Caminatas al aire libre con espectaculares vistas.